sábado, 26 de febrero de 2011

Datos reales sobre la situación de la mujer en el mundo


A pesar del largo camino transitado desde que, en la primera mitad del siglo XIX, surgieran los primeros movimientos de lucha contra la discriminación de la mujer, quedan aún muchas batallas por librar, “se han logrado avances en la mayoría de las regiones, pero en algunas áreas críticas han sido desiguales y demasiado lentos, además de haber una profunda brecha entre la teoría y la práctica”, comentó Rachel Mayanja, asesora especial  para temas de la mujer de  las Naciones Unidas, cuyas últimas cifras sobre la situación mundial de la mujer son elocuentes:
  • El 70% de las personas que viven en la pobreza son mujeres.
  • Sólo el 37% de la mujeres del mundo están económicamente activas, percibiendo las ¾ partes del salario medio masculino. Trabajando, en la mayoría de los casos, como mano de obra barata.
  • Las mujeres suelen tener remuneraciones menores que los hombres, en todos los países, debido a que están concentradas en trabajos mal remunerados pero también a que reciben ingresos menores por igual labor.(PNUD)
  • Más de 2/3 de las 960 millones de personas analfabetas adultas de todo el mundo son mujeres.
  • De los 130 millones de niños que no asisten a la escuela, el 70% son mujeres
  • Un tercio de los hogares tienen como jefe a una mujer. En América Central y en algunos países africanos la cifra alcanza el 50%.
  • Las mujeres dedican un 70% de su tiempo en el cuidado de sus familias. Contribución a la economía mundial que sigue siendo invisible.
  • Casi todos los conflictos armados recientes se han caracterizado por la violencia sexual sistemática contra la mujer, la cual se utiliza como instrumento para aterrorizar y para la “depuración étnica” (PNUD).
  • De los 25 millones de personas refugiadas en el mundo, el 80% son mujeres, niños y niñas.
  • El 50% de las mujeres en el mundo sufrieron algún tipo de violencia de manos de sus parejas.
  • Sólo el 16% de los parlamentarios del mundo son mujeres. Con excepción de Rwanda y los países nórdicos, las mujeres están prácticamente ausentes de los parlamentos (PNUD).
  • Según la OMS cada año muere medio millón de mujeres por causas relacionadas con el embarazo y el parto, el 99% de ellas pertenecen a los países en vías de desarrollo.
  • Cada año, medio millón de mujeres pierden la vida y 18 millones más quedan crónicamente discapacitadas por complicaciones en el embarazo y el parto que podrían haberse prevenido.
  • Se calcula que en el 2009 habrá casi 14 millones de mujeres seropositivas (el 50% de la población afectada), y aproximadamente, cuatro millones habrán muerto.
  • Según Amartya Sen, premio Nóbel de Economía 1998 “faltan en el mundo 100 millones de mujeres, porque han muerto prematuramente como causa de la discriminación y violencia.
En muchos países, se siguen librando batallas por alcanzar la igualdad de género, contra los aspectos visibles e invisibles del poder y contra las prácticas que sostienen las desigualdades de género y de opresión hacia las mujeres.
Si bien, en los últimos años el Estado, en cumplimiento de los acuerdos y compromisos internacionales ha instaurado diversos mecanismos tendientes a garantizar el respeto a los derechos humanos de las mujeres, en la práctica el proceso es sumamente lento y con más retrocesos que avances.

La revolución de las mujeres en nuestro continente es el fenómeno silencioso de la organización femenina, de la identificación de sus intereses estratégicos, necesidades básicas, a través de programas y plataformas, de lucha por ampliar su participación política y social, de rechazo frontal a la violencia, de crecimiento en el empleo, la educación y la cultura etc.  Este proceso lleva varias décadas y está en pleno desarrollo.
La pobreza femenina es significativamente más acentuada que la de los hombres, lo que traduce materialmente la diferencia de oportunidades para acceder a los recursos de vida y a las decisiones políticas y sociales entre ambos géneros. La responsabilidad que la sociedad aún asigna a las mujeres, aunque ya no se atreva a declararlo, es de complemento y apoyo del varón, soporte de la familia, encargada de la reproducción social en todas sus etapas, y elemento económico secundario, aún cuando, muchas veces, la mujer sea el único sostén de sus hijos.

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